Loading...

Compartir en:

Josep Mateu: “Como presidente del RACC, mi mayor satisfacción es ayudar a las personas y a la sociedad”

La carrera profesional de Josep Mateu se ha desarrollado en el sector empresarial, en el ámbito de los servicios. Desde 1995 ha sido director general del RACC y de su grupo de empresas, y desde 2015 ocupa la presidencia de la entidad. Su lema es “estamos para ayudar” y su liderazgo, basado en la excelencia en el servicio y la innovación, le ha llevado a impulsar una profunda transformación del Club para convertirlo en un Club de Servicios a la Movilidad.

-¿Qué representa para usted ser directivo de una institución como el RACC?

Representa un gran orgullo, porque el RACC es una institución centenaria con vocación de servicio, que ayuda a sus socios en el día a día, pero que también quiere contribuir a mejorar la sociedad, concretamente en el ámbito de la movilidad y del deporte del motor.

Para mí, ser presidente del Club es observar, escuchar, ayudar y servir. A largo de mi vida siempre he dado una gran importancia a valores tales como la actitud, el trabajo en equipo, la ética, la autoformación constante, la creatividad y la curiosidad.

-Podríamos decir que tiene una manera de dirigir muy orientada a las personas. ¿De dónde cree que proviene este enfoque?

Siempre me he dedicado profesionalmente al mundo de los servicios. Es un ámbito en el que el principal objetivo es facilitar y mejorar la calidad de vida de las personas. En mi caso, mi profesión y mi vocación coinciden y me siento muy bien dedicando mis esfuerzos a liderar una entidad en que las personas están en el centro de todas nuestras decisiones.

-Y, en esta trayectoria, ¿quién ha sido su referente?

El primer referente fue mi padre. Era un empresario incansable completamente dedicado a la empresa. En este sentido, para mí fue un referente por su carácter y esfuerzo ante el trabajo, su actitud y por su capacidad para crear un gran equipo de colaboradores, etc.

A nivel internacional, he sido seguidor de muchas de las ideas de Jack Welch, antiguo CEO de General Electric, he leído muchos de sus libros, que me han inspirado, y también de Sheryl Sandberg, exdirectora de operaciones de Meta/Facebook. De hecho, me gustan las biografías de los directivos y empresarios y he ido aprendiendo cosas de cada uno de ellos.

-Volviendo al RACC, de todo lo que ha hecho en estos años, ¿qué le genera mayor satisfacción personal?

Personalmente, la mayor satisfacción me la dan las personas. Cada vez que un socio nos hace llegar su agradecimiento porque le hemos ayudado, por ejemplo, cuando se ha puesto enfermo lejos de casa (a veces en la otra punta del mundo) y hemos ido a ayudarlo y lo hemos traído a casa, me siento muy feliz.

En otras ocasiones, la ayuda es más cotidiana y sencilla, como arreglar un fregadero de casa o cambiar una rueda del coche o de la bicicleta, pero sabemos que en ese momento hemos sido útiles, hemos llegado cuando nos necesitaban.

La otra gran satisfacción nos la da contribuir a salvar vidas. Por ejemplo, cuando el Ministerio decidió desviar el tráfico de los camiones que circulaban por la N-340 y los hizo circular por la autopista AP-7. La solución del desvío la había puesto sobre la mesa el RACC y habíamos impulsado campañas, nos habíamos reunido con todos los implicados (ministerios, Generalitat, ayuntamientos, etc.).
Con esta medida se han salvado muchas vidas
. La implicación del RACC fue decisiva y estoy orgulloso.

Las muertes en carretera son vidas de personas de todas las edades, que de repente nos dejan, y no quiero decir con eso que el impacto de la calidad del aire sobre la salud de las personas no tenga importancia. Sabemos que la contaminación acorta los años de vida, pero no debemos olvidar que se debe seguir trabajando para reducir el número de víctimas en accidentes de tráfico, en las carreteras y en las calles de nuestras ciudades: peatones, motoristas, conductores, ciclistas, etc. Queremos una movilidad segura, limpia y saludable.

-Preside el RACC desde 2015, y ha sido director general de la entidad desde 1995. ¿Cómo ha evolucionado el RACC en estos casi 30 años? ¿Cuáles diría que son los hitos más importantes?

El RACC en estos 30 años ha vivido un período extraordinario, ha pasado de 85.000 socios a los 804.000 que tiene actualmente. Pero, además de crecer en socios, también lo ha hecho en variedad de servicios y asistencias (personales, en viaje, en el hogar…).

Ha sido una etapa muy intensa, especialmente estos últimos 6 años, en los que la movilidad ha iniciado una profunda revolución. Los ciudadanos han empezado a cambiar sus hábitos a la hora de desplazarse y el Club ha evolucionado para seguir a su lado, dándoles respuestas a sus nuevas necesidades, como hemos hecho siempre. Todo ello nos ha llevado a impulsar una gran transformación, en la que aún estamos trabajando, para convertirnos en un Club de Servicios a la Movilidad, pasando de un club de automovilistas a un Mobility Club.

-¿En qué ha consistido esta transformación? ¿Qué significa ser un Club de Servicios a la Movilidad?

Para empezar, hemos realizado una importante inversión para digitalizar la organización, un hecho clave para poder convertirnos en un Club de Servicios a la Movilidad.

Durante estos años hemos ampliado nuestros servicios. Hoy ser del RACC tambien es muy util para aquel que no circula en coche. Tenemos modalidades para los usuarios de patinete y de bicicleta, que incluyen  los seguros y la reparación de sus vehiculos.

Hemos creado la comunidad RACC HolaBici —con más de 25.000 usuarios—, para promocionar el uso de la bicicleta en las ciudades. También hemos puesto a disposición de los ciclistas los Puntos Bici RACC para autorreparaciones, la Bicipedia RACC, una enciclopedia virtual de bicicletas eléctricas, y recientemente hemos lanzado un servicio de bicicletas y patinetes por suscripción.

Con la plataforma City Trips hemos reunido toda la oferta de transporte compartido y público en más de 30 ciudades en una aplicación móvil. También hemos lanzado RACC Hop, una plataforma de carpooling (de desplazamientos compartidos) que da servicio a importantes áreas industriales de Barcelona.

Habernos anticipado a los grandes cambios sociales nos está ayudando a ser más útiles a nuestros socios y a la sociedad en general, porque estamos convencidos de que la movilidad puede y debe ser una palanca de progreso e innovación.

-¿Los servicios al automovilista están dejando de ser importantes para el RACC?

No, en absoluto. Continuamos trabajando y mejorando la calidad de nuestra actividad tradicional, la asistencia personal, los seguros, la formación de conductores y los viajes.

Hemos entrado en el sector de las reformas del hogar a través de Nexdom, y hemos desarrollado un asistente personal, Nestor, aprovechando las ventajas que nos ofrece la telefonía móvil. Innovamos en los servicios para la nueva movilidad, pero también en otros ámbitos de actuación.

-Uno de los objetivos que usted se fijó cuando fue reelegido en el cargo fue reforzar el compromiso con las personas mayores. ¿Cómo lo están haciendo?

Personalmente he querido impulsar acciones para los séniors, porque cada vez tendrán un papel más importante en nuestra sociedad. En Catalunya, las personas de más de 65 años representan 1 de cada 5 habitantes (el 19,2%).

Por ello impulsé la creación de un Sénior Lab para este segmento de población, con productos y servicios específicos para ellos. Así nació BE65. Y estamos seguros de que este modelo de comunidad irá tomando impulso, porque este es un colectivo que no dejará de crecer y que tiene ganas de disfrutar de su tiempo y de cuidarse.

Pero las necesidades de las personas mayores varían con los años y a partir de cierta edad, si la salud limita la actividad y la independencia personal, son necesarios otros servicios. Para las personas de edad más avanzada o con limitaciones físicas hemos creado RACC et’Cuida, para ayudarlos en su día a día.

-El RACC es referente en movilidad en nuestro país. ¿Cuál es su visión? ¿Cómo cree que será la movilidad de futuro?

La movilidad será cada vez más limpia, más autónoma y compartida y los vehículos privados, que serán mayoritariamente eléctricos, en el centro de las ciudades irán dejando espacio a nuevas formas de movilidad urbana, con más peso del transporte público y de nuevas soluciones individuales, incluidas las bicicletas y los patinetes.

Si miramos ciudades como Berlín o París, vemos que el vehículo privado ya está desapareciendo del centro, pero esta reducción debe hacerse de manera progresiva, con acompañamiento e infraestructuras de transporte público que garanticen los desplazamientos, algo que en nuestro país no siempre ocurre.

Aquí nos queda mucho por hacer, empezando por las infraestructuras, que son insuficientes por falta de inversiones, el parque automovilístico demasiado antiguo y la falta de mirada global y metropolitana en la gestión de la movilidad, entre otros.

-¿Cuáles cree que son los retos para la movilidad de los próximos años?

Hoy vivimos un proceso de transición y es importante hacer las cosas bien, velar por la convivencia entre todos los modos de movilidad y garantizar un entorno amable que permita la movilidad activa, sin sacrificar el progreso económico y social.

En este marco, el principal reto es conseguir una movilidad que, además de segura y limpia, sea ágil, accesible para las familias y compatible con el progreso económico. En definitiva, una movilidad centrada en mejorar la calidad de vida de los ciudadanos.

-Hablando sobre la movilidad de los séniors, ¿qué visión tiene usted al respecto?  

La movilidad debe ser segura para las personas de todas las edades. En general los más mayores se desplazan a pie, en transporte público y en coche, y debemos garantizar que se sientan protegidos, a la vez que integramos con seguridad otros modos como la bicicleta y el patinete.

Necesitamos mejorar la convivencia de peatones, ciclistas, conductores, etc., porque con frecuencia coexisten, pero no conviven y en los entornos urbanos muchos ciudadanos se sienten inseguros cuando se desplazan, especialmente los más mayores.

-¿Hasta qué edad es recomendable conducir? ¿Debería haber un límite de edad?

Para muchos conducir es un símbolo de libertad. Las capacidades para conducir un vehículo no están asociadas a una edad concreta, depende en cada caso de las condiciones físicas y cognitivas de la persona.

Dejar de conducir es una decisión que debe tomarse de forma autónoma, personal y responsable, cuando las condiciones no sean las óptimas, se tenga la edad que se tenga. De hecho, el segmento de mayores de 65 no está entre quienes más accidentes sufren como conductores, y son los que mejor saben autorregular sus limitaciones al volante, por la experiencia acumulada y la aversión al riesgo.

Además, la tecnología de los vehículos está contribuyendo a la mayor seguridad de todos, con avances como los sistemas de frenado automático, de llamada en caso de emergencia o avería en la carretera. Y en el futuro todavía tendremos mejores alternativas: los vehículos autónomos.

-La historia del RACC está estrechamente vinculada al deporte del motor. ¿Cómo definiría esta vinculación?

La vinculación del RACC es auténtica, nos mueve la pasión por el deporte del motor. El RACC nació en 1906 como un club deportivo y este espíritu, de competitividad y esfuerzo, lo hemos mantenido en todo lo que hacemos.

Fuimos pioneros en la organización de pruebas deportivas y hemos trabajado intensamente para traer las competiciones mundiales de F1, Moto GP y el mundial de Rallys, de las que somos organizadores y con las que contribuimos a la economía y a la proyección internacional del territorio.

Además, hemos creado una verdadera escuela de pilotos, con la que impulsamos el deporte base. En 2022, 44 pilotos RACC han competido en motociclismo y automovilismo. A lo largo de nuestra historia, esta tarea nos ha dado grandes campeones como Carlos Sainz, Pedro Martínez de la Rosa, Marc Gené, Laia Sanz, Marc Márquez, Jorge Lorenzo, Dani Pedrosa, Àlex Márquez, Aleix Espargaró y Pol Espargaró, entre otros muchos nombres destacados de los diferentes campeonatos del mundo de F1, Motociclismo y Rallys.

-¿Cómo se imagina el RACC del futuro?

Me imagino un Club al lado de las personas, anticipándose a sus necesidades, al lado de los mayores, de los jóvenes, de las familias…

Comprometido con la sociedad, para construir una movilidad mejor para todo el mundo e impulsando el deporte del motor en nuestro país.

Un RACC grande, moderno tecnológicamente, cercano a nivel humano y con visión global y de futuro, y que continúe siendo sinónimo de confianza, excelencia y fiabilidad para todos.

-Y, para acabar, ¿cómo se ve usted a 10 años vista, por ejemplo?

Siempre he creído que sería bueno que al llegar al final de nuestra vida pudiéramos mirar atrás y ver con satisfacción el legado personal y profesional que hemos dejado a la familia y a las personas que nos rodean, pero también a la sociedad. En este mismo sentido, creo en el compromiso social y en desarrollar a lo largo de la vida una labor que al final sea útil a la sociedad y a las próximas generaciones.

Fotografías de Mireia Comas

Josep Mateu: “Como presidente del RACC, mi mayor satisfacción es ayudar a las personas y a la sociedad”

La carrera profesional de Josep Mateu se ha desarrollado en el sector empresarial, en el ámbito de los servicios. Desde 1995 ha sido director general del RACC y de su grupo de empresas, y desde 2015 ocupa la presidencia de la entidad. Su lema es “estamos para ayudar” y su liderazgo, basado en la excelencia en el servicio y la innovación, le ha llevado a impulsar una profunda transformación del Club para convertirlo en un Club de Servicios a la Movilidad.

-¿Qué representa para usted ser directivo de una institución como el RACC?

Representa un gran orgullo, porque el RACC es una institución centenaria con vocación de servicio, que ayuda a sus socios en el día a día, pero que también quiere contribuir a mejorar la sociedad, concretamente en el ámbito de la movilidad y del deporte del motor.

Para mí, ser presidente del Club es observar, escuchar, ayudar y servir. A largo de mi vida siempre he dado una gran importancia a valores tales como la actitud, el trabajo en equipo, la ética, la autoformación constante, la creatividad y la curiosidad.

-Podríamos decir que tiene una manera de dirigir muy orientada a las personas. ¿De dónde cree que proviene este enfoque?

Siempre me he dedicado profesionalmente al mundo de los servicios. Es un ámbito en el que el principal objetivo es facilitar y mejorar la calidad de vida de las personas. En mi caso, mi profesión y mi vocación coinciden y me siento muy bien dedicando mis esfuerzos a liderar una entidad en que las personas están en el centro de todas nuestras decisiones.

-Y, en esta trayectoria, ¿quién ha sido su referente?

El primer referente fue mi padre. Era un empresario incansable completamente dedicado a la empresa. En este sentido, para mí fue un referente por su carácter y esfuerzo ante el trabajo, su actitud y por su capacidad para crear un gran equipo de colaboradores, etc.

A nivel internacional, he sido seguidor de muchas de las ideas de Jack Welch, antiguo CEO de General Electric, he leído muchos de sus libros, que me han inspirado, y también de Sheryl Sandberg, exdirectora de operaciones de Meta/Facebook. De hecho, me gustan las biografías de los directivos y empresarios y he ido aprendiendo cosas de cada uno de ellos.

-Volviendo al RACC, de todo lo que ha hecho en estos años, ¿qué le genera mayor satisfacción personal?

Personalmente, la mayor satisfacción me la dan las personas. Cada vez que un socio nos hace llegar su agradecimiento porque le hemos ayudado, por ejemplo, cuando se ha puesto enfermo lejos de casa (a veces en la otra punta del mundo) y hemos ido a ayudarlo y lo hemos traído a casa, me siento muy feliz.

En otras ocasiones, la ayuda es más cotidiana y sencilla, como arreglar un fregadero de casa o cambiar una rueda del coche o de la bicicleta, pero sabemos que en ese momento hemos sido útiles, hemos llegado cuando nos necesitaban.

La otra gran satisfacción nos la da contribuir a salvar vidas. Por ejemplo, cuando el Ministerio decidió desviar el tráfico de los camiones que circulaban por la N-340 y los hizo circular por la autopista AP-7. La solución del desvío la había puesto sobre la mesa el RACC y habíamos impulsado campañas, nos habíamos reunido con todos los implicados (ministerios, Generalitat, ayuntamientos, etc.).
Con esta medida se han salvado muchas vidas
. La implicación del RACC fue decisiva y estoy orgulloso.

Las muertes en carretera son vidas de personas de todas las edades, que de repente nos dejan, y no quiero decir con eso que el impacto de la calidad del aire sobre la salud de las personas no tenga importancia. Sabemos que la contaminación acorta los años de vida, pero no debemos olvidar que se debe seguir trabajando para reducir el número de víctimas en accidentes de tráfico, en las carreteras y en las calles de nuestras ciudades: peatones, motoristas, conductores, ciclistas, etc. Queremos una movilidad segura, limpia y saludable.

-Preside el RACC desde 2015, y ha sido director general de la entidad desde 1995. ¿Cómo ha evolucionado el RACC en estos casi 30 años? ¿Cuáles diría que son los hitos más importantes?

El RACC en estos 30 años ha vivido un período extraordinario, ha pasado de 85.000 socios a los 804.000 que tiene actualmente. Pero, además de crecer en socios, también lo ha hecho en variedad de servicios y asistencias (personales, en viaje, en el hogar…).

Ha sido una etapa muy intensa, especialmente estos últimos 6 años, en los que la movilidad ha iniciado una profunda revolución. Los ciudadanos han empezado a cambiar sus hábitos a la hora de desplazarse y el Club ha evolucionado para seguir a su lado, dándoles respuestas a sus nuevas necesidades, como hemos hecho siempre. Todo ello nos ha llevado a impulsar una gran transformación, en la que aún estamos trabajando, para convertirnos en un Club de Servicios a la Movilidad, pasando de un club de automovilistas a un Mobility Club.

-¿En qué ha consistido esta transformación? ¿Qué significa ser un Club de Servicios a la Movilidad?

Para empezar, hemos realizado una importante inversión para digitalizar la organización, un hecho clave para poder convertirnos en un Club de Servicios a la Movilidad.

Durante estos años hemos ampliado nuestros servicios. Hoy ser del RACC tambien es muy util para aquel que no circula en coche. Tenemos modalidades para los usuarios de patinete y de bicicleta, que incluyen  los seguros y la reparación de sus vehiculos.

Hemos creado la comunidad RACC HolaBici —con más de 25.000 usuarios—, para promocionar el uso de la bicicleta en las ciudades. También hemos puesto a disposición de los ciclistas los Puntos Bici RACC para autorreparaciones, la Bicipedia RACC, una enciclopedia virtual de bicicletas eléctricas, y recientemente hemos lanzado un servicio de bicicletas y patinetes por suscripción.

Con la plataforma City Trips hemos reunido toda la oferta de transporte compartido y público en más de 30 ciudades en una aplicación móvil. También hemos lanzado RACC Hop, una plataforma de carpooling (de desplazamientos compartidos) que da servicio a importantes áreas industriales de Barcelona.

Habernos anticipado a los grandes cambios sociales nos está ayudando a ser más útiles a nuestros socios y a la sociedad en general, porque estamos convencidos de que la movilidad puede y debe ser una palanca de progreso e innovación.

-¿Los servicios al automovilista están dejando de ser importantes para el RACC?

No, en absoluto. Continuamos trabajando y mejorando la calidad de nuestra actividad tradicional, la asistencia personal, los seguros, la formación de conductores y los viajes.

Hemos entrado en el sector de las reformas del hogar a través de Nexdom, y hemos desarrollado un asistente personal, Nestor, aprovechando las ventajas que nos ofrece la telefonía móvil. Innovamos en los servicios para la nueva movilidad, pero también en otros ámbitos de actuación.

-Uno de los objetivos que usted se fijó cuando fue reelegido en el cargo fue reforzar el compromiso con las personas mayores. ¿Cómo lo están haciendo?

Personalmente he querido impulsar acciones para los séniors, porque cada vez tendrán un papel más importante en nuestra sociedad. En Catalunya, las personas de más de 65 años representan 1 de cada 5 habitantes (el 19,2%).

Por ello impulsé la creación de un Sénior Lab para este segmento de población, con productos y servicios específicos para ellos. Así nació BE65. Y estamos seguros de que este modelo de comunidad irá tomando impulso, porque este es un colectivo que no dejará de crecer y que tiene ganas de disfrutar de su tiempo y de cuidarse.

Pero las necesidades de las personas mayores varían con los años y a partir de cierta edad, si la salud limita la actividad y la independencia personal, son necesarios otros servicios. Para las personas de edad más avanzada o con limitaciones físicas hemos creado RACC et’Cuida, para ayudarlos en su día a día.

-El RACC es referente en movilidad en nuestro país. ¿Cuál es su visión? ¿Cómo cree que será la movilidad de futuro?

La movilidad será cada vez más limpia, más autónoma y compartida y los vehículos privados, que serán mayoritariamente eléctricos, en el centro de las ciudades irán dejando espacio a nuevas formas de movilidad urbana, con más peso del transporte público y de nuevas soluciones individuales, incluidas las bicicletas y los patinetes.

Si miramos ciudades como Berlín o París, vemos que el vehículo privado ya está desapareciendo del centro, pero esta reducción debe hacerse de manera progresiva, con acompañamiento e infraestructuras de transporte público que garanticen los desplazamientos, algo que en nuestro país no siempre ocurre.

Aquí nos queda mucho por hacer, empezando por las infraestructuras, que son insuficientes por falta de inversiones, el parque automovilístico demasiado antiguo y la falta de mirada global y metropolitana en la gestión de la movilidad, entre otros.

-¿Cuáles cree que son los retos para la movilidad de los próximos años?

Hoy vivimos un proceso de transición y es importante hacer las cosas bien, velar por la convivencia entre todos los modos de movilidad y garantizar un entorno amable que permita la movilidad activa, sin sacrificar el progreso económico y social.

En este marco, el principal reto es conseguir una movilidad que, además de segura y limpia, sea ágil, accesible para las familias y compatible con el progreso económico. En definitiva, una movilidad centrada en mejorar la calidad de vida de los ciudadanos.

-Hablando sobre la movilidad de los séniors, ¿qué visión tiene usted al respecto?  

La movilidad debe ser segura para las personas de todas las edades. En general los más mayores se desplazan a pie, en transporte público y en coche, y debemos garantizar que se sientan protegidos, a la vez que integramos con seguridad otros modos como la bicicleta y el patinete.

Necesitamos mejorar la convivencia de peatones, ciclistas, conductores, etc., porque con frecuencia coexisten, pero no conviven y en los entornos urbanos muchos ciudadanos se sienten inseguros cuando se desplazan, especialmente los más mayores.

-¿Hasta qué edad es recomendable conducir? ¿Debería haber un límite de edad?

Para muchos conducir es un símbolo de libertad. Las capacidades para conducir un vehículo no están asociadas a una edad concreta, depende en cada caso de las condiciones físicas y cognitivas de la persona.

Dejar de conducir es una decisión que debe tomarse de forma autónoma, personal y responsable, cuando las condiciones no sean las óptimas, se tenga la edad que se tenga. De hecho, el segmento de mayores de 65 no está entre quienes más accidentes sufren como conductores, y son los que mejor saben autorregular sus limitaciones al volante, por la experiencia acumulada y la aversión al riesgo.

Además, la tecnología de los vehículos está contribuyendo a la mayor seguridad de todos, con avances como los sistemas de frenado automático, de llamada en caso de emergencia o avería en la carretera. Y en el futuro todavía tendremos mejores alternativas: los vehículos autónomos.

-La historia del RACC está estrechamente vinculada al deporte del motor. ¿Cómo definiría esta vinculación?

La vinculación del RACC es auténtica, nos mueve la pasión por el deporte del motor. El RACC nació en 1906 como un club deportivo y este espíritu, de competitividad y esfuerzo, lo hemos mantenido en todo lo que hacemos.

Fuimos pioneros en la organización de pruebas deportivas y hemos trabajado intensamente para traer las competiciones mundiales de F1, Moto GP y el mundial de Rallys, de las que somos organizadores y con las que contribuimos a la economía y a la proyección internacional del territorio.

Además, hemos creado una verdadera escuela de pilotos, con la que impulsamos el deporte base. En 2022, 44 pilotos RACC han competido en motociclismo y automovilismo. A lo largo de nuestra historia, esta tarea nos ha dado grandes campeones como Carlos Sainz, Pedro Martínez de la Rosa, Marc Gené, Laia Sanz, Marc Márquez, Jorge Lorenzo, Dani Pedrosa, Àlex Márquez, Aleix Espargaró y Pol Espargaró, entre otros muchos nombres destacados de los diferentes campeonatos del mundo de F1, Motociclismo y Rallys.

-¿Cómo se imagina el RACC del futuro?

Me imagino un Club al lado de las personas, anticipándose a sus necesidades, al lado de los mayores, de los jóvenes, de las familias…

Comprometido con la sociedad, para construir una movilidad mejor para todo el mundo e impulsando el deporte del motor en nuestro país.

Un RACC grande, moderno tecnológicamente, cercano a nivel humano y con visión global y de futuro, y que continúe siendo sinónimo de confianza, excelencia y fiabilidad para todos.

-Y, para acabar, ¿cómo se ve usted a 10 años vista, por ejemplo?

Siempre he creído que sería bueno que al llegar al final de nuestra vida pudiéramos mirar atrás y ver con satisfacción el legado personal y profesional que hemos dejado a la familia y a las personas que nos rodean, pero también a la sociedad. En este mismo sentido, creo en el compromiso social y en desarrollar a lo largo de la vida una labor que al final sea útil a la sociedad y a las próximas generaciones.

Fotografías de Mireia Comas